Posiblemente en algún momento de tu vida escuchaste sobre la importancia de tener una “Misión Personal”, es decir, comprender profunda y espiritualmente un “para qué existo” en este mundo. Responder este “para qué”, nos carga de sentido y es muy distinto a tratar de responder un “por qué”, la respuesta a esta pregunta llena la mente de historia, prejuicios, temores, rencores, sueños de otros, etc. y que no siempre nos llevan al mejor puerto.
Responder profunda y meditadamente al “para qué” nos carga de energía en un nivel más profundo, es algo que va más allá de una preferencia, una inclinación o un gusto, es la esencia del Ser la que indica sin lugar a dudas la verdadera razón para co-existir con otros, interactuar y así, justificar de la manera más sana y ecológica nuestra pertenencia a los entornos que habitamos o queremos habitar.
Este “para qué” está ligado al concepto de Carisma, del griego kharisma, que significa «don gratuito» y a su vez, se relaciona con la raíz kharis, es decir «gracia». Ser alguien carismático entonces, significa vivir a flor de piel aquello que nos surge naturalmente y es agradable a otros.
La pregunta del millón es cómo saber cuál es mi manera de ser carismático?. Si querés averiguarlo, tomate un rato en algún lugar donde puedas conectar serenamente con vos y respondé estas preguntas:
- Qué cosas te salen fácil? (y tal vez te molesta cuando otros las hacen mal o sin interés.)
- Qué temas te interesan desde tu infancia y hasta jugabas con eso?
- Qué elogios hacia vos desestimás con un “Naa… No fue nada”?
- Qué pensás con pasión y energía cuando no tenés nada en qué pensar?
- Cómo se sienten los demás cuando hacés para ellos esto que te sale fácil?
Dedicar tiempo de vez en cuando a redescubrir nuestra Misión, nos puede traer nuevas respuestas, refinando caminos y además, es la clave para un mundo más justo y equilibrado.